Desde que vi los macarons por primera vez me enamoré de ellos, son tan bonitos, y los colores... quedan muy chic. Mi marido me regaló un kit especial para hacer macarrones con una manga y un molde especifico ya que se me hacía muy difícil echar la masa en el papel y que éste quedara bien. Luego me compré el libro para mí imprescindible de los macarons, el de Annie Rigg, de ahí saco la receta.
Ingredientes:
- 200 gramos de azúcar glas
- 125 gramos de claras de huevo pasteurizadas (unos tres huevos)
- 100 gramos de almendras molidas o harina de almendras
- Una pizca de sal
- 40 gramos de azúcar
Horno, 180º, 10 minutos.
Pasos:
Lo primero es tener paciencia y no desanimarse si no salen a la primera. A mí me resultan difíciles de hacer y nunca me quedan perfectos.
Ponemos el azúcar glas y la harina de almendra en el bol y con las varillas de mezcar removemos durante 30 segundos. Yo tamizo la harina para que queden los menos grumos posibles.
Echamos las claras de huevo en otro molde, añadimos la sal y las batimos a punto de nieve.
Sin dejar de batir, a media potencia, vamos añadiendo a cucharadas el azúcar blanca. Hay que esperar a que se incorpore del todo una cuchara para poner la siguiente. La mezcla tiene que ser compacta y brillante.
Añadimos a esta mezcla el colorante que queramos.
Con una cuchara grande de metal, incorporamos la mezcla de azúcar a la de harina y almendras a la otra. Tiene que quedar homogéneo y sin grumos.
La masa la ponemos en una manga pastelera, si no tenemos el molde especial, cogemos papel de horno y le dibujamos circulos de unos 5cm de diámetro. Echamos un poco de masa en cada círculo, no demasiada porque se saldrá, tiene que quedar de forma redonda.
Dejamos la masa ya en el molde entre 15 minutos y una hora, hasta que cuando lo toquemos no esté pegajoso ni húmedo.
Lo metemos en el horno unos diez minutos, hasta que la parte de arriba esté crujiente y la de abajo seca.
Ya están listos, ahora solo hay que dejarlos enfriar para rellenarlos con ganaché, buttercream o lo que queramos.
Dedicada:
A mi marido, que es una devorador de macarons, le encantan.
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